"No es lo mismo castigarme con críticas y culpa por lo que creo que hice mal, que reconocer que soy humano, con límites pero también con posibilidad de mejorar. La primera actitud genera resentimiento, impotencia y desesperanza; la segunda fomenta responsabilidad y acción constructiva."
Como seres humanos, no somos perfectos y no siempre podemos conseguir lo que queremos. Ser conscientes de esto puede ayudarnos a sufrir sin rechazarnos. Tener compasión con uno mismo, como veremos, no tiene nada que ver con resignarnos con lo que nos toca, ser demasiado autoindulgentes o pasivos.
Humanidad compartida
La experiencia del sufrimiento es universal y compartida por todos los seres vivos. Todos nosotros en el fondo, buscamos evitar el dolor y acercarnos al placer y/o al bienestar. Tener presente este trasfondo básico y compartido nos puede ayudar a tratarnos con mayor amabilidad y compasión.
Como seres humanos, estamos influenciados por muchos factores como la educación que hemos recibido, nuestros aprendizajes a lo largo de la vida o la cultura en la que hemos nacido. Lo cierto es que hacemos lo que podemos en cada situación y con frecuencia cometemos errores pero eso no implica que debamos castigarnos duramente por estos.
¿Por qué nos cuesta tanto tratarnos con amabilidad?
En términos generales nuestro discurso mental suele decantarse por el polo de la exigencia, la crítica, el reproche y en los casos más graves hacia la humillación y el rechazo hacia nosotros mismos; más que, por otro lado, hacia el polo de la amabilidad, el respeto y la autocompasión.
No obstante esto no debe ser motivo de resignación, ya que es posible empezar a cultivar caminos más amables con nosotros mismos en lo que se refiere a nuestros pensamientos y emociones.
Al igual que en cualquier proceso que implique modificar o gestionar de forma distinta nuestras emociones o la manera en que nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con el entorno, resulta fundamental contar con voluntad de cambio, compromiso y paciencia a lo largo del camino.
Mitos sobre la autocompasión
Mito 1 – “Es una forma de lástima hacia uno mismo”
En realidad, la autocompasión es todo lo contrario: es un antídoto contra el victimismo y contra esa tendencia a quejarnos de nuestra mala suerte. Practicarla nos ayuda a asumir nuestra realidad con más serenidad y menos dramatismo.
Mito 2 – “Significa debilidad”
No se trata solo de cómo afrontas las dificultades, sino de cómo te hablas y te tratas a ti mismo cuando las cosas se complican. Esa actitud interna (ya sea como un aliado o como tu peor crítico) marca una gran diferencia en tu capacidad para superar los retos.
Mito 3 – “Me hará autoindulgente”
Uno de los mayores bloqueos a la autocompasión es pensar que nos volverá complacientes y nos quitará las ganas de mejorar. Pero ocurre justo lo opuesto: lejos de fomentar la pasividad, fortalece la responsabilidad personal. No es “dejarse llevar” ni rendirse; es reconocer los errores sin hundirse en la autocrítica destructiva, para así seguir avanzando.
Mito 4 – “Es lo mismo que la autoestima”
En nuestra cultura, la autoestima suele depender de compararnos con los demás y sentir que estamos “por encima de la media”. La autocompasión, en cambio, no es un juicio sobre nuestro valor, sino una forma de tratarnos con amabilidad y aceptación, sobre todo cuando fallamos o nos sentimos insuficientes. La autoestima sube y baja con los éxitos y fracasos; la autocompasión es más estable, porque se basa en reconocer nuestra humanidad compartida.
Mito 5 – “Es egoísta”
Castigarte y vivir en la autocrítica constante resulta una actitud bastante egocéntrica si lo pensamos bien, debido a que tu atención queda atrapada en tu supuesta insuficiencia. Cuando te tratas con amabilidad, cubres tus propias necesidades emocionales y quedas en mejor disposición para cuidar y conectar con los demás.
Cómo practicarla:
Dedica de 5 a 10 minutos diarios a esta práctica. Con el tiempo, notarás cómo tu diálogo interno se suaviza y aumenta tu sensación de conexión.
|
Pasos:
|
Si sientes que te cuesta cultivar la autocompasión por tu cuenta, o que las dificultades emocionales son demasiado intensas, un acompañamiento profesional puede ayudarte a integrar estas herramientas de manera más profunda y personalizada.
En consulta trabajamos juntos para que puedas:
- Identificar y transformar tu diálogo interno.
- Reducir la autocrítica y la exigencia excesiva.
- Desarrollar recursos emocionales que te permitan vivir con mayor calma y confianza.
Si quieres más información o agendar una cita, puedes escribirme.
Mario CV17455 - Psicólogo General Sanitario
Comentarios
Publicar un comentario